martes, julio 18, 2006

Te quiero mucho mami

Esto es lo que pueden hacer las madres con los hijos: idiotas que no pueden escapar de ellas, se hacen pis en la cama (según dijo O'Donnell en lo de Pettinato), asesinos seriales o de otro tipo. Pero son inimputables: si además lo hacen todo por amor, y con mucho amor; mami te quiere, no quiere que te pase nada malo. Cuentan con le beneplácito del psicoanálisis, que después de todo ellos también son hijos y uno no se puede cargar a los padres así nomás; salvo que sea varón, ahí te justifica, te entiende: estás celoso de que tenga a tu mami. Bien vendría que la mami se deje coger/agarrar más por el padre una vez nacido el hijo: un gran beneficio para el hijo, un verdadero acto de amor. Eso sí, después todo es culpa del padre ausente. El padre siempre está ausente, si hasta a Jesús dejó solo. Pero para que no me acusen de desvarío o me recomienden destapa cañería, digo que sitios así, poniendo tanto énfasis (por no decir todo) en las cuestiones de género, lo único que facilitan es al ausencia del padre. Pero en el país del tango las cosas son de esta manera. Mi vieja creó un idiota de corazón lunático, cantaba el tanguero Indio Solari pensando (o representando) que él no era tanguero, y mucho menos lo pensaban sus seguidores. La madre feliz con el piropo creído crítica. De última está el padre para echarle la culpa, a su falta de presencia digo. No quiero imaginar si el modelo palermitano se impone en el mundo. Encima si querés tratar de explicar algo de esto te empiezan a manejar la culpa, y si se lo decís a tu psicólogo dice que la entiendas. ¡Fuck off! Gracias mami.