sábado, julio 08, 2006

El tal Hernani se queja de papá Quintín, diciendo que hay que lástima dejar de ser adolescente y que papá no lo entiende y por eso es tremendista. Sorprende cómo se habla de memoria. No porque se repitan las cosas, sino porque se recurre al recuerdo para habla como si los hechos hubieran sido así. En Yahoo!, en su apartado Mundial, están todas las copas con sus respectivos números. En Alemania hubo un 8 a 0, lo que hizo que Klose en la primera ronda tuviera los mismos goles que ahora en seis partidos. ¿Eso dice algo? ¿Hacerle 8 a Arabia Saudita habla de un mejor mundial, de un mundial más desparejo, desproporcionado, de simples sparring? Frente a esto, ¿cómo puede ser argumento que ahora Klose tenga sólo5, como no sucedía desde 1962? ¿Acaso en 1962 no hubo figuras, según nos contaron, no fue el Mundial de Garrincha? ¿Kempes con 6 en 78 hace de ese un buen mundial? Hay datos que se presenta como argumentos y realmente desconciertan. O invitan a pensar en alguna intención aviesa. ¿Cuántos de los que como Hernani y Quintín dicen que el Mundial 90 fue lamentable o algo por el estilo rehusarían de poner Inglaterra-Camerún por los cuartos de final en una lista de los diez mejores partidos de los últimos diez mundiales? ¿Y el Alemania-Holanda, con Klinsman, Gullit y Van Basten y esa generación de jugadores holandes geniales que en buena medida arruinó el argentino Juan Carlos Loustau? ¿Y el Camerún-Colombia y Bélgica-Inglaterra? Que Argentina haya sido mediocre no habilita para hablar de Italia 90 con esa liviandad. Hubo buenos partidos y buenas selecciones, como la de Inglaterra, mucho más generosa que la de Eriksson. Del 94 se habla como un gran Mundial pero tuvo la única final que se definió por penales, con el Brasil más amarrete que se tenga memoria que, asustadizo después del síndrome de Argentina 90 esperaba cualquier ayudita de los amigos porque ni siquiera podía hacer frente a un equipo diezmado como Italia, protagonista de dos muy buenos partidos: contra Bulgaria (la revelación del torneo) en semifinales, y con España en cuartos; en ambos demostrando por qué es un grande y tiene mejor fútbol del que la mayoría queiere admitir. De hecho es protagonista fundamental del 70 a la fecha, después del desastre de Inglaterra 66. Este sí es Mundial mediocre, y sí tiene que ver con algunas cuestiones organizativas. Sin embargo se confunde la sensación irracionalmente adolescente que despierta un Mundial con el buen fútbol, y una cosa poco tiene que ver con la otra. Sí, Hernani, México 86 se jugaba al mediodía, pero tenía, por nombrar los que me acuerdo, a Zico, Maradona y Platini, tres jugadores que Alemania 2006 dificilmente pueda juntar sumando todos. Lo cual no quiere decir tampoco que fue un desastre, fue más bien monótono, algo anodino, falto de relieve, sorpresa y libertad y muy llorón y policíaco (jugadores que piden amarillas y expulsiones para sus compañeros de club que ahora son rivales de selección, jugadores llorando cada vez que son eliminados en alguna ronda). Nada que difiera del mundo de todos los días. En ese sentido, el Mundial sí es un fracaso, porque no tiene la característica de acontecimiento, su única razón de ser. Para atrás todos los tuvieron: desde el fútbol demostrado hasta el equipo sorpresa, siempre hubo algo que sacara a lo cotidiano de su monotonía. Veamos qué nos dejan los dos últimos partidos.